Mis pies nunca tocarón tierra.

Amor de hombre me invito de princpio de semana a la playa.
Hermoso el Pacífico, bravo y calmo:
Las olas altas de Zicatela, bravo.
Las tibias y suves de la bahía de San Agustín, calmo.
Arenas grises y suaves,
doradas de granos redondos.
Y blancas, como polvos mágicos, de tan finas y suaves.
Paseamos en auto, en lancha y en el pensamiento.
Nos divertimos delicioso, hablamos, platicamos con singular alegría, reímos, reímos mucho, gozamos, nos gozamos y nos soñamos y soñamos.
Mis pies nunca tocarón tierra: volaba, levitaba, sentia, me volví etérea.

1 Comments:
Que envidia, definitivamente...
Me hace falta un paseíto así, ojalá pronto pueda, y al igual que tú no tocar el piso
Saludotes
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